miércoles, 5 de junio de 2013
Lo Fundamental
O'Sensei Maestro creador del Aikido, en una entrevista le preguntaron, "Maestro ¿cual es la técnica mas complicada para entrenar? y O'Sensei responde Shomen Uchi Ikkio (la primera técnica de examen para pasar a cinturón amarillo) el periodista asombrado le pregunta pero ¿porque Maestro? porque en ella responde, se encuentran todos los secretos fundamentales del Aikido, el ingreso, el desequilibrio y la inmovilización.
viernes, 26 de abril de 2013
viernes, 8 de febrero de 2013
El Libro de los Cinco Anillos, El Manuscrito del Vacío - Sexta parte.
El Manuscrito
del Vacío
Al escribir sobre la ciencia de las
artes marciales de la escuela de los Dos Sables en el Manuscrito del Vacío, el
significado de vacío consiste en que existe el reino en el que nada existe, o
no puede ser conocido, o se ve como vacío.
Por supuesto, el vacío no existe. Se
conoce de la no existencia cuando se sabe que la existencia es vacío.
Cuando la gente no entiende algo,
considera erróneamente que eso es vacío. Éste no es el vacío real; es una
ilusión.
Igualmente, en el contexto de esta
ciencia de las artes marciales, cuando se sigue la vía del guerrero, no conocer
las leyes de éstos no significa vacío; al estar confuso puede uno llamarle un
estado de vacío desesperado, pero esto no es vacío real.
Los guerreros aprenden con precisión
la ciencia militar y continúan practicando diligentemente las técnicas de las
artes marciales. La forma en que los guerreros las practican no es oscura en lo
más mínimo. Sin ninguna confusión de espíritu, sin relajarse en ningún momento,
puliendo la mente y la atención, afilando el ojo que observa y el ojo que ve,
uno llega al vacío real como el estado en el que no hay oscuridad y las nubes
de la confusión han desaparecido.
Mientras que no conocen la auténtica
vía, ya sea en el budismo o en los asuntos mundanos, todo el mundo piensa que
su camino es seguro y es algo bueno, pero desde el punto de vista de la vía
correcta del espíritu, comparada con las pautas sociales generales, la gente se
aparta de la verdadera vía por desviaciones personales de su mente y por
desviaciones individuales de su visión.
Conociendo esta mentalidad,
pronunciando esencialmente palabras honradas, tomando el espíritu real como la
vía, practicando las artes marciales en el sentido más amplio, pensando
correcta, clara y comprensivamente, y tomando el vacío como vía, podéis ver la
vía como vacío.
En el vacío hay bien, pero no hay mal.
La sabiduría existe, la lógica existe, la mente está vacía.
12 de mayo de
1645
El Libro de los Cinco Anillos, El Manuscrito del Viento - Quinta Parte.
El Manuscrito
del Viento
Lo que veo cuando investigo en las
demás artes marciales es que algunas escuelas utilizan grandes sables y se
concentran en el poder de sus movimientos. Algunas practican su ciencia
utilizando un sable pequeño y largo al que llaman un "pequeño sable largo".
También existen escuelas que se preocupan de muchos movimientos con el sable
largo, llamando a las posiciones del sable técnicas convencionales y
transmitiendo la ciencia como una enseñanza interna
En este manuscrito expondré el hecho
de que ninguna de estas prácticas son la vía auténtica, haciendo así saber lo
que es bueno y lo que es malo, lo que es verdadero y lo que es falso. El
principio de mi propia escuela es algo netamente diferente. Otras escuelas se
convierten en teatros, adornándose y exhibiéndose para vivir, y comercializan
las artes marciales; en consecuencia, parecería que no están en la verdadera
vía. Además, el arte marcial se considera convencionalmente de una forma
limitada, como si consistiera sólo en la esgrima. ¿Creéis que habéis alcanzado
el conocimiento de cómo alcanzar la victoria por el simple hecho de haber
aprendido a empuñar un sable largo y haber entrenado vuestro cuerpo y manos?
Ésta no es una vía segura en ningún caso.
He expuesto cada una de las
deficiencias de las demás escuelas en este libro. El asunto es examinar
cuidadosamente y saborear en profundidad, para llegar a una comprensión de las
ventajas de mi escuela de los Dos Sables.
El manejo de los sables muy largos en
las demás escuelas
Existen algunas escuelas que son
aficionadas a los sables muy largos. Desde el punto de vista de mi arte
marcial, las encuentro escuelas débiles. La razón para esto es que esas
escuelas no saben cómo ganar a los demás por cualquier medio que sea necesario;
considerando que su virtud es la longitud del sable, quieren que sus sables
sean muy largos para poder vencer a los adversarios a distancia.
El dicho común sobre ganar aunque sea
un centímetro es algo que concierne a personas que desconocen totalmente las
artes marciales. Por ello, intentar ganar a distancia mediante la ventaja de la
longitud del sable, sin conocer los principios de las artes marciales, es algo
que la gente hace por debilidad de corazón. Es por esto por lo que considero
este arte marcial como algo débil.
A veces, cuando estéis luchando con un
adversario y tengáis poco espacio, cuanto más largo sea vuestro sable, más
difícil será golpear con él. No podéis blandir el sable hacia atrás y adelante
con suficiente soltura, y éste se convierte en un estorbo. Entonces os halláis
en una situación peor que alguien que está manejando un sable de costado
pequeño.
Aquellos que prefieren los sables muy
largos poseen sus propias razones, pero únicamente es lógico para ellos solos;
desde el punto de vista de la auténtica vía del mundo, esto es ilógico. ¿Es
inevitable perder utilizando un sable más corto y no un sable muy largo?
Suponed que la situación física
arriba, abajo y a los costados se halla bloqueada; o imaginad una situación
social en la que sólo se pueden llevar armas de costado; querer tener en estas
circunstancias un sable muy largo es una mala actitud, porque es dudar de la
ciencia de las artes marciales.
Por añadidura, existen personas que
carecen de la fuerza física requerida.
Desde la Antigüedad se ha dicho que lo
grande incluye lo pequeño, por tanto no es una cuestión de rechazar
indiscriminadamente la longitud; es una cuestión de rechazar la actitud
desviada que sólo tiene en cuenta la longitud.
En el contexto de la ciencia militar a
gran escala, un sable muy largo es como un gran contingente de tropas, un sable
más corto es como un pequeño contingente. ¿Acaso es imposible una batalla entre
un pequeño contingente y un gran contingente de tropas? Existen muchos ejemplos
en los que un pequeño contingente ha ganado sobre uno mayor. Así pues, en mi
escuela existe un rechazo hacia una actitud estrecha y desviada. Esto invita a
un cuidadoso examen.
Los golpes poderosos de sable en las
demás escuelas
No debería existir una distinción
entre golpes fuertes y golpes débiles de sable. El movimiento de un sable hecho
con la intención de blandirlo con fuerza es rudo, y es difícil ganar sólo con
la rudeza.
Además, si golpeáis con una fuerza
desmedida cuando vais a matar a alguien, intentando asestar un poderoso golpe
con el sable, no tendréis éxito.
Incluso cuando estáis ejercitándoos
contra un muñeco u otra cosa, es erróneo intentar golpear muy fuerte de forma
deliberada.
Cuando os enfrentáis a un enemigo en
combate mortal, nadie piensa en golpear con debilidad ni con fuerza. Cuando uno
piensa solamente en matar al otro, también interviene un sentimiento de fuerza
y, por supuesto, ningún sentido de debilidad; uno sólo piensa en la muerte del
enemigo.
Si golpeáis el sable de otro con
fuerza, utilizando un movimiento demasiado poderoso, tendrá consecuencias
negativas por exceso de fuerza. Si golpeáis el sable de otro de forma forzada,
será vuestro propio sable el que se retrasará.
Así pues, no existe nada parecido a un
golpe de sable especialmente poderoso. Incluso en la ciencia militar a gran
escala, si tenéis un gran contingente que desea ganar una poderosa batalla
combatiendo, el hecho es que vuestro enemigo también dispone de gente fuerte y
quiere luchar con fuerza. A este respecto, ambos estáis en la misma posición.
Cuando se trata de obtener la victoria en cualquier cosa, es imposible
obtenerla sin razón.
En mi escuela no prestamos ninguna
atención a cosas no razonables; el meollo del asunto es utilizar el poder del
conocimiento de las artes marciales para obtener la victoria de cualquier forma
que podáis. Esto debe ser trabajado en profundidad.
La utilización de los sables más
cortos en las demás escuelas
Pensar en ganar sirviéndose sólo de un
sable más corto no es la auténtica vía. Desde la Antigüedad los sables largos y
cortos han tenido distinto nombre.
Las personas fuertes pueden manejar
con facilidad un sable largo, así que no hay razón para aficionarse sin razón a
un sable más corto. La explicación de esto es que las lanzas y las alabardas también
se utilizan para aprovecharse de su longitud. La idea de que vais a utilizar un
sable más corto para hendir, arremeter y vencer a un adversario en el intervalo
entre los movimientos de su sable es un desviación y, por tanto, está
equivocada.
Además, cuando estáis atentos para
descubrir algún lapso, todo lo demás se descuida, y se produce una sensación de
estancamiento que debe ser evitada. Y si intentáis utilizar un arma corta para
penetrar en las defensas del enemigo y dominarlo, eso no será de ninguna
utilidad en medio de numerosos adversarios.
Incluso si pensáis que la ventaja de
tener un arma más corta es la capacidad de penetrar en medio de una multitud,
arremeter con libertad y blandir la espada a un lado y a otro, en cada caso
estáis en una actitud defensiva de la esgrima y, de este modo, en un estado de
espíritu distraído. No es ésta una táctica en la que se pueda confiar.
Tal vez podáis arremeter contra los
adversarios de una forma poderosa y directa, arrojándolos fuera de su posición,
obligándolos a entrar en la confusión, y tomando el camino que conduce
únicamente a una victoria certera.
Esta lógica también se aplica en la
ciencia militar a gran escala. En igualdad de condiciones, podéis también tomar
un gran contingente, atacar al enemigo de repente y destruirlo de un vez. Esta
actitud es la esencia de la ciencia militar.
En general, lo que la gente del mundo
estudia cuando practica las artes marciales es parar, desviar, evitar los
golpes y salir ileso; en consecuencia, sus mentes son arrasadas por este método
y acaban siendo maniobrados y manipulados por los demás.
Puesto que la vía de las artes
marciales es directa y franca, es esencial el intento de dominar y vencer a los
adversarios. Esto debe ser considerado atentamente.
Numerosos golpes de sable en las demás
escuelas
Cuando se enseña una excesivo número
de movimientos de sable, se hace para comercializar este arte e impresionar a
los principiantes con el conocimiento de muchos movimientos de sable. Esta
actitud debe ser evitada en la ciencia militar.
La razón de ello es que es un engaño
pensar que existen toda clase de técnicas para hendir al adversario. A este
respecto, no existen diferentes técnicas en el mundo. Sea o no uno un
especialista, e incluso si se trata de una mujer o un niño, no existen muchas
formas de golpear y cercenar; si existen variantes, éstas se limitan a apuñalar
y a acuchillar.
Para empezar, puesto que el objetivo
consiste en matar, no hay ninguna razón para que existan muchas formas de
hacerlo. Incluso así, dependiendo de la situación, conforme a las
circunstancias, en los casos en los que hay un obstáculo en los alrededores,
como por ejemplo arriba o a los costados, tiene que haber cinco posiciones, de
forma que existe una manera de empuñar el sable sin quedar bloqueado.
Añadir cualquier otra cosa, como
hendir por la mitad a un adversario con un giro de manos, un giro del cuerpo o
un salto a distancia no son la verdadera vía. No se puede hendir a alguien por
la mitad mediante un giro o una flexión; éstas son técnicas inútiles.
En mi ciencia militar es esencial que
el aspecto físico y el estado de espíritu sean simples y directos, obteniendo
la victoria por medio de la tensión y la perturbación causadas a los
adversarios, haciendo que se descentren y procurando que sus corazones se
agiten. Esto debe examinarse cuidadosamente.
Las posiciones del sable en las demás
escuelas
Es erróneo concentrarse únicamente en
la posición de guardia del sable. La posición de guardia del sable sólo debe
darse cuando no hay adversarios.
La razón para ello es que establecer
normas a causa de la costumbre o de las reglas generales no es factible en el
transcurso de un combate real para conseguir la victoria. El objetivo es luchar
para poner al adversario en una situación de desventaja.
Cualquiera que sea el punto de
referencia, la adopción de una posición de guardia tiene el sentido de hacer
uso de la inamovilidad. Guardar un castillo o disponer una línea de batalla en
una posición defensiva tiene el sentido de ser fuerte y no verse afectado ni
siquiera cuando se es atacado; éste es el significado normal.
En el transcurso de la lucha por la
victoria por medio de la ciencia militar, el objetivo es concentrarse en llevar
la iniciativa del adversario. Esto debe ser trabajado en profundidad.
En el transcurso de la lucha por la
victoria gracias a la ciencia militar, vencéis deshaciendo las defensas de los
demás, haciendo movimientos que los adversarios no esperan, confundiéndolos,
irritándolos o asustándolos, y sintiendo el patrón del ritmo cuando los
adversarios quedan confundidos para alcanzar la victoria. Así pues, existe un
rechazo a la actitud defensiva que se preocupa de las posiciones de guardia.
Por ello, en mi ciencia existe lo que se llama tener una posición de guardia
sin guardia, que significa que uno tiene una posición defensiva sin estar a la
defensiva.
También en la ciencia militar a gran
escala, la preocupación principal para una batalla equilibrada es aprender a
calcular el número de tropas que tiene el adversario, darse cuenta de la
disposición del campo de batalla, conocer el estado de vuestras propias tropas,
ordenar sus mejores cualidades, unirlas y después empezar a luchar.
Existe una sensación totalmente
diferente cuando se es atacado por los demás en primer lugar que cuando
vosotros atacáis. La sensación de poder manejar suficientemente bien un sable
para alcanzar y parar los golpes del adversario es semejante a tomar la lanza o
la alabarda y clavarlas en el suelo a modo de empalizada. Cuando vais a golpear
a un adversario, por el contrario, podéis incluso arrancar uno de los postes de
la empalizada y utilizarlo como lanza o alabarda. Esto es algo que debe ser
examinado atentamente.
El enfoque de los ojos en las demás
escuelas
El enfoque de los ojos depende de la
escuela: hay quienes fijan sus ojos en el sable del adversario, y hay también
quienes los fijan en sus manos; existen también quienes fijan sus ojos en el
rostro del adversario, y los hay también quienes los fijan en sus pies, etc.
cuando intentáis fijar los ojos en algún punto en particular, existe una
sensación de distracción, y esto se convierte en lo que se conoce en las artes
marciales como una desgracia.
Las personas que juegan a la pelota
tal vez no mantengan sus ojos en ella, porque cuando uno tiene una buena
práctica de algo, no es necesario mirar deliberadamente. Igualmente, en las
artes de los malabaristas, cuando tienen práctica en las técnicas, pueden hacer
equilibrio con una puerta en la nariz y hacer malabarismos con varios sables a
la vez, todo ello sin mirar; como están involucrados en la práctica todo el
tiempo, ven lo que ocurre de manera espontánea.
De igual modo, en el contexto de la
ciencia de las artes marciales, cuando os familiarizáis con cada adversario,
percibís el grado de seriedad de su mente y sois capaces de practicar la
ciencia con eficacia, podéis ver incluso la distancia y velocidad de un sable.
Hablando en términos generales, el foco de los ojos en las artes marciales se
halla en el corazón y en la mente de las personas implicadas.
Cuando se llega a la ciencia militar a
gran escala, los ojos también se concentran en el estado de las tropas
enemigas.
De las dos formas de percepción,
observar y ver, el ojo que observa es más fuerte, percibiendo el corazón y la
mente del adversario, viendo el estado de la situación, centrando los ojos de
una forma amplia, percibiendo las condiciones de la batalla y la fuerza y
debilidad de la ocasión, y concentrándose en alcanzar la victoria con
precisión.
Ya se trate de la ciencia militar a
gran o a pequeña escala, no hay foco de atención estrecho en la visión. Como ya
he escrito, mediante un foco de atención excesivamente estrecho, olvidáis los
asuntos mayores y quedáis confundidos, dejando así que la victoria certera se
os escape. Este principio exige una reflexión cuidadosa y una práctica
profunda.
La posición y movimiento de los pies
en otras escuelas
Existen diversas formas de dar pasos
rápidos, como los que se conocen por paso flotante, paso saltarín, paso
elástico, paso fuerte, paso de cuervo, etc. desde un punto de vista de mi arte
marcial, todos éstos parecen pasos deficientes.
La razón por la que no me gusta el
paso flotante es porque los propios pasos probablemente sean en cualquier caso
inseguros en medio de la batalla, de forma que el procedimiento adecuado es
mantenerse lo más firme posible.
La razón por la que no me gusta el
paso saltarín es porque existe una sensación de excitación en el salto y un
sentimiento de obsesión en saltar. Puesto que no hay razón para saltar una y
otra vez, un paso saltarín es malo.
Igualmente, el paso elástico es
ineficaz, porque existe una sensación de rebote. El paso fuerte es una posición
pasiva y especialmente objetable.
Además de éstos, existen diversos pasos
rápidos como el paso del cuervo.
Puesto que es posible que os
enfrentéis a adversarios en pantanos y ciénagas, o en montañas y ríos, o en
planicies rocosas, o en caminos estrechos, dependiendo del lugar existen
situaciones en las que es imposible saltar, dar pasos elásticos o rápidos.
En mi arte marcial, no existe ningún
cambio en la forma de mover los pies; es lo mismo que andar por un camino de
forma habitual. Siguiendo el ritmo del adversario, encontrando la posición
física correcta en situaciones tanto de aceleración como de calma, la marcha
debe ser ordenada, sin defecto ni exceso.
Igualmente, en la ciencia militar a
gran escala, es fundamental el movimiento de los pies. La razón para ello es
que si atacáis de forma indiscriminada, sin conocer las intenciones de vuestro
adversario, perderéis el ritmo y os encontraréis con que es difícil ganar. Del
mismo modo, si estáis marchando con tranquilidad y no notáis cuándo están
desmoralizándose o desmoronándose los adversarios, haréis que la victoria se
desvanezca y no podréis dar una rápida salida al combate.
Es esencial percibir el desánimo y el
desmoronamiento de los adversarios, y superarlos sin dejarlos siquiera un
momento de respiro. Esto exige una práctica y un entrenamiento profundos.
La utilización de la velocidad en
otras escuelas
En las artes marciales, la velocidad
no es la verdadera vía. En lo que se refiere a la velocidad, la cuestión de
rapidez o lentitud en cualquier cosa proviene del fracaso de armonizar con el
ritmo.
Cuando domináis un arte o una ciencia,
vuestra acción no parece rápida. Por ejemplo, existen corredores profesionales
carteros que recorren una ruta de unos treinta kilómetros; pero ni siquiera así
corren rápidos desde la mañana hasta la noche. En cuanto a aquellos que carecen
de entrenamiento, aunque parezca que corren todo el día, no alcanzan el
objetivo.
En el arte de la danza, si un mal
cantante acompaña la canción de un cantante cualificado, existe una sensación
de desacompasamiento, que desemboca en precipitación. Igualmente, cuando se
trata con los tambores la canción "Pino Viejo", a pesar de ser una
pieza dulce, también en este caso, alguien que es inexperto tenderá a
adelantarse o a atrasarse. Y aunque la canción "Dunas Elevadas" tiene
un tempo rápido, es erróneo interpretarla demasiado rápido.
Como dice el proverbio, el rápido se
cansa y no puede llegar a tiempo. Por supuesto, ser demasiado lento y llegar
demasiado tarde también es malo.
La actuación de un experto parece
relajada, pero no pierde el ritmo. Las acciones de las personas entrenadas no
parecen apresuradas. El principio de la vía puede ser conocido a través de
estos ejemplos.
La rapidez es especialmente mala en el
contexto de la ciencia de las artes marciales. Las razones para ello son las siguientes.
En este caso también, dependiendo del lugar, digamos, por ejemplo, en una
charca es imposible moverse y correr rápidamente. Con un sable largo, no existe
algo así como matar con rapidez; por el contrario, con un abanico o un sable
corto, si intentáis cortar con rapidez, no podréis cortar en absoluto. Esto
invita aun cuidadoso discernimiento.
Igualmente en la ciencia militar a
gran escala, es malo el sentimiento de velocidad y prisa. Con la actitud de
"sujetar la almohada" no hay lentitud.
Por añadidura, cuando la gente se
apresura corriendo, es esencial hacer lo contrario, quedarse tranquilo y en
calma, sin dejarse arrastrar por ella. La forma de trabajar en ese estado de
espíritu exige entrenamiento y práctica.
Los esotérico y lo exotérico en las
demás escuelas
En el contexto de los asuntos de las
artes marciales, ¿qué debe llamarse exotérico y qué debe llamarse esotérico?
Según el arte, existen transmisiones esotéricas de la realización esencial que
se transmiten como tradiciones orales internas, pero cuando se trata del
principio de combatir en duelo con adversarios, no es un asunto de luchar de
manera exotérica y matar de manera esotérica.
Mi forma de enseñar las artes
marciales es hacer que los principiantes aprendan y practiquen aquellas
técnicas que son fácilmente dominadas, enseñándoles primero los principios que
pueden entender rápidamente. En cuanto a aquellos asuntos que sus mentes tienen
dificultad en comprender, observo la comprensión de cada individuo, enseñándole
a continuación los principios más profundos de manera gradual, paso por paso.
Incluso así, puesto que generalmente les hago aprender aquellas cosas que
tienen relevancia real para manejar estos asuntos, no existe algo así como una
distinción entre lo esotérico y lo exotérico.
Así sucede en el mundo: cuando vais en
medio de las montañas, si queréis ir más lejos, tendréis de nuevo que salir de
las montañas. En cualquier arte o ciencia existe aquello para lo que el secreto
y la reserva es apropiado, y aquello de lo que se puede hablar abiertamente.
Pero cuando se trata de los principios de la guerra, ¿qué es lo que tiene que
ser ocultado y qué es lo que tiene que ser revelado?
Por consiguiente, al transmitir mi
ciencia, no me preocupo de las obligaciones escritas o de los artículos de
castigos. Observar el poder intelectual de los estudiantes, enseñarles un
camino directo, haciéndoles abandonar los malos aspectos de las "cinco
formas o de las "seis formas" de las artes marciales, de modo que
entren naturalmente en la ciencia auténtica de los guerreros, haciendo que sus
mentes se liberen de la duda, ésta es la vía en la que enseño las artes
marciales. Una práctica y entrenamiento profundos son necesarios.
Epílogo
En las nueve secciones precedentes
sobre las artes marciales de las demás escuelas, de las que he escrito sus
principios generales en este Manuscrito del Viento, aunque es imprescindible
escribir claramente sobre cada escuela, desde la iniciación hasta la tradición
interna, no doy importancia a escribir los nombres de qué secreto concreto de
qué escuela particular me estoy refiriendo.
La razón de ello es que los puntos de
vista de cada escuela y la lógica de cada método se realizan de forma diferente
según cada persona y dependiendo de la mentalidad; así, incluso en la misma
escuela existen ligeras diferencias de comprensión. Por tanto, pensando en la
posteridad, no he mencionado las escuelas concretas a las que me refiero.
Habiendo dividido las grandes líneas
de las demás escuelas en nueve categorías, cuando miramos desde el punto de
vista de la vía correcta para el mundo, desde el punto de vista de la razón
humana honesta, los asuntos como las preferencias por los sables muy largos o
muy cortos, las preferencias por la fuerza o por la forma de empuñar, o la preocupación
por la fiereza y la finura, son guías desviadas; así pues, aunque no revelemos
como tradición interna o de iniciación de otras escuelas, todo el mundo debe
saber sobre ellas.
En mi escuela no existe una distinción
entre la tradición de iniciación y la interna en lo que concierne al sable
largo. No existe algo así como la posición de guardia definitiva. Se trata sólo
de comprender sus cualidades efectivas en vuestro corazón y en vuestro
espíritu. Esto es lo esencial del arte marcial.
El Libro de los Cinco Anillos, El Manuscrito del Fuego - Cuarta Parte.
El Manuscrito
del Fuego
Para empezar, las gentes piensan en
los principios de la ventaja en las artes marciales con una mente estrecha.
Algunos saben cómo aprovecharse de un golpecito en el pecho, utilizando las
puntas de los dedos, otros saben cómo ganar sirviéndose de un abanico mediante
un movimiento a tiempo del antebrazo. Utilizando igualmente un sable de bambú o
algo parecido, parecen aprender la ventaja menor de la velocidad, entrenando
sus manos y pies de esta forma, concentrándose en el intento de aprovecharse de
un poco más de velocidad.
En lo que respecta a mi ciencia
militar, he distinguido los principios de la vida y de la muerte a través de
numerosos duelos en los que he puesto mi vida en peligro, aprendiendo la
ciencia del sable, llegando a conocer la fuerza y la debilidad de los golpes
del sable del adversario, comprendiendo las diversas utilizaciones del filo y del
envés de éste y practicando cómo matar a los adversarios. En el transcurso de
esta acción, nunca me ocurrieron percances tontos. Especialmente cuando uno se
halla en pleno combate con armadura, uno no piensa en pequeñas cosas.
Además, luchar solo contra cinco o
diez personas en duelos a vida o muerte y encontrar una forma segura de
vencerlos es el meollo de mi ciencia militar. Así, ¿cuál es la diferencia entre
la lógica de alguien quien vence a diez personas y la de mil personas que
vencen a cien mil? A esto hay que prestarle una auténtica consideración.
Sin embargo, es imposible reunir a mil
o diez mil personas para practicar cada día con el objeto de aprender esta
ciencia. Aunque os estéis ejercitando solos con un sable, descubrid el
conocimiento y las tácticas de todos los adversarios, conoced sus movimientos
fuertes y débiles, averiguad cómo vencer a cada cual por medio del conocimiento
y del carácter de la ciencia militar, y os convertiréis en maestros de esta
vía.
¿Quién podría en el mundo alcanzar la
penetración directa de mi ciencia militar? Entrenándose y depurando la técnica
día y noche con la determinación de llegar posteriormente a su perfección,
luego de perfeccionada, uno llega a una libertad excepcional, logra maravillas
y llega a estar dotado de poderes inconcebibles de penetración. Es así como la
ley cósmica se cumple a través de las artes marciales.
La posición física
Al dirigir la situación de la posición
física, existe lo que se conoce como situarse de espaldas al sol. Esto significa
que tomáis una posición con el sol detrás de vosotros. Si la situación no os
permite mantener al sol a vuestra espalda, entonces debéis luchar por
mantenerlo a vuestra derecha.
Esto también es válido para los
combates a puerta cerrada, en los que debéis mantener la luz a vuestra espalda
o a vuestra derecha. Es deseable asegurarse de que no hay nada que se
interponga en vuestro camino a vuestra espalda, y de que hay mucho espacio a
vuestra izquierda, tomando una posición de tal forma que el espacio más
estrecho quede a vuestra derecha.
Del mismo modo por la noche, cuando
podéis ver a vuestros adversarios, tomad vuestra posición con los fuegos a
vuestra espalda y las luces a vuestra derecha, como se ha dicho anteriormente.
Con el objeto de "mirar desde
arriba al enemigo, entended que debéis tomar vuestra posición en el terreno más
elevado, incluso aunque sea sólo ligeramente más elevado. En sitios cerrados,
el lugar de honor debe considerarse el lugar más elevado.
De cualquier forma, cuando se trata de
la batalla, la idea es empujar a los adversarios hacia vuestra izquierda. Es
esencial asegurarse de que los obstáculos quedan a espaldas de vuestros
adversarios, después forzadlos hacia él de cualquier forma que podáis.
Cuando conseguís que los adversarios
retrocedan hacia el obstáculo, para impedirles que vean la situación, atacad
sin pausa de forma que no puedan mirar alrededor. Esto de no dejar a los
adversarios observar la situación se aplica también en sitios cerrados, cuando
estáis empujándolos hacia pórticos, columnas, puertas, puertas corredizas,
balaustradas, pilares u otros obstáculos.
En cualquier caso, la dirección en la
que acorraláis a los adversarios debe ser hacia lugares en los que el apoyo de
sus pies sea malo o donde haya algún obstáculo a uno de los dos lados. Utilizad
cualquier ventaja del terreno que podáis, concentrándonos en aprovecharos de la
situación. Esto es algo que requiere una reflexión y una práctica cuidadosa y
total.
Tres maneras de tomar la iniciativa
Existen tres formas de tomar la
iniciativa. Una consiste en adelantarse atacando al adversario por propia
iniciativa; a esto se le llama adelantarse a partir del estado de suspensión.
Otra forma es adelantarse al adversario que os está atacando; a esto se llama adelantarse
a partir del estado de espera. Pero otra se presenta cuando el adversario y
vosotros atacáis simultáneamente; a esto se llama adelantarse en un estado de
confrontación recíproca.
Éstas son las tres formas de tomar una
iniciativa. Al principio de cualquier batalla, no existen otras posibilidades
salvo estas tres iniciativas. Puesto que se trata de obtener la victoria
rápidamente adelantándose, la toma de la iniciativa es una cosa fundamental en
las artes marciales.
Existen muchos detalles concernientes
a la toma de la iniciativa, pero no pueden escribirse totalmente porque es una
cuestión de poner prioridad en el modelo de cada ocasión concreta, percibiendo
la intención de los adversarios y utilizando vuestro conocimiento de las artes
marciales para vencer.
En primer lugar está la toma de
iniciativa a partir del estado de suspensión. Cuando queréis atacar, os
mantenéis tranquilos y en calma, y después saltáis sobre vuestro adversario
atacándole repentina y rápidamente. Podéis tomar la iniciativa siendo
externamente poderosos y rápidos, pero internamente manteniendo reservas.
Podéis también dar el salto elevando al máximo vuestro espíritu, acelerando el
paso un poco y llevando a cabo un ataque violento en el instante que os
acercáis a él. Podéis también ganar dejando errar vuestra mente, con la firme
intención de pasar al asalto desde el principio hasta el final, obteniendo la
victoria inicial por la fuerza determinante del corazón. Todos estos son
ejemplos de iniciativas a partir del estado de suspensión.
La segunda es la toma de iniciativa a
partir del estado de espera. Cuando llega el adversario a vosotros, no
reaccionéis, sino mostraos débiles: entonces, cuando el adversario se acerca,
saltáis con un poderoso salto, casi como si fuerais a volar; después, cuando
veis que el adversario golpea, pasáis directamente a la ofensiva. Ésta es una
forma de tomar la iniciativa. Igualmente, cuando el adversario ataca y vosotros
contrarrestáis con fuerza el ataque, en el momento en que sentís un cambio en el
ritmo del ataque del adversario, podéis obtener la victoria en ese mismo
instante a partir del estado de espera.
La tercera es la iniciativa en el
estado de confrontación recíproca. En el caso en que el adversario ataca
rápidamente, vosotros atacáis con calma, pero con fuerza; cuando el adversario
se acerca, tensáis vuestro porte con absoluta resolución, y cuando el
adversario da muestras de debilidad, arremetéis contra él inmediatamente con
fuerza. Después, una vez más, cuando un adversario ataca con calma y
tranquilamente, acelerad vuestro propio ataque ligeramente, con vuestro cuerpo
ligeramente relajado; cuando el adversario se acerca, golpeadle de repente y
después, según su situación, arremeted contra él poderosamente venciéndole.
Ésta es la iniciativa en un estado de confrontación recíproca.
Estos movimientos son difíciles de
escribir con detalle. Deben trabajarse en líneas generales tal como se ha
escrito aquí. Estas tres formas de iniciativa dependen del tiempo y de la
lógica de la situación. Aunque no seáis siempre los que atacáis, en igualdad de
condiciones debéis tomar siempre la iniciativa y poner al adversario a la
defensiva.
En cualquier caso, la idea de
adelantarse consiste en obtener una victoria certera, gracias al poder del
conocimiento de las artes marciales. Éste debe cultivarse y refinarse
minuciosamente.
"Sujetar la almohada"
sujetar la almohada significa no dejar
que alguien levante cabeza. En las artes marciales, en el transcurso de un
duelo, es malo ser manejado por los demás. Es deseable manejar a los
adversarios con libertad, por cualquier medio a vuestro alcance.
Sin embargo, los adversarios estarán
pensando lo mismo, y vosotros también tenéis esta intención, pero es imposible
tener éxito en esto sin comprender lo que los demás están haciendo.
Las artes marciales incluyen detener
los golpes de un adversario, bloquear sus ataques y deshacer sus presas.
"Sujetar la almohada" significa que cuando habéis alcanzado realmente
el dominio de mi ciencia y estáis luchando contra un adversario, siempre que
éste dé muestras de intentar hacer un movimiento, lo percibís antes de que
actúe. Detener el ataque de un adversario desde el inicio, no dejándole seguir
hasta el final es lo que significa "sujetar la almohada".
A modo de ilustración, impedís que el
ataque del adversario, por ejemplo, a partir de la letra a; impedís el
salto del adversario a partir de la letra s, e impedís el corte del
adversario a partir de la letra c. Todos esto ejemplos lo son de la
misma idea.
Siempre que los adversarios intenten
atacaros, dejadlos continuar y haced algo que sea inusual, al mismo tiempos que
les impedís hacer algo que sea útil. Esto es esencial en la ciencia militar.
En este punto, si intentáis reprimir a
los adversarios, ya estáis retrasados. Lo fundamental es que hagáis
técnicamente cualquier cosa que hagáis, socavando en su raíz el primer impulso
del adversario. Manipular a los adversarios de esta forma es dominar el arte de
la guerra, lo cual se consigue con la práctica. Realizar la técnica de
"sujetar la almohada" exige un atento examen.
Atravesar un brazo de mar
Cuando atravesáis el mar, existen
lugares llamados estrechos. Pero también hay lugares de veinte o treinta
kilómetros de ancho que atravesáis en el mar y que se llaman brazos de mar.
Caminando por el mundo de los humanos, a lo largo de la vida se presentan mucha
situaciones que podrían llamarse atravesar un brazo de mar.
En las rutas marítimas, sabiendo dónde
están los brazos de mar, conociendo el estado de las embarcaciones y del
tiempo, e incluso sin navegar en compañía de otras embarcaciones, os adaptáis
al estado de tiempo, aprovechándoos a veces de los vientos, consiguiendo en
ocasiones incluso vientos favorables, sabiendo que si el viento cambia puedes
alcanzar el puerto a remo, os ponéis al mando del barco y atravesáis el brazo
de mar.
Con esa actitud, al pasar por el mundo
de los seres humanos, debéis tener el sentimiento de atravesar un brazo de mar
en situación de emergencia.
En las artes marciales, en medio de la
batalla, es también esencial "atravesar el brazo de mar". Sintiendo
el estado de los adversarios, conscientes de vuestra propia maestría,
atravesáis el brazo de mar gracias a los principios apropiados, lo mismo que un
capitán avezado recorre la ruta marítima.
Habiendo atravesado el brazo de mar,
además estamos con el espíritu en paz.
Para "atravesar un brazo de
mar", poned al adversario en posición de debilidad y arremeted; entonces
ganaréis en general muy rápidamente. Ya se trate de ciencia militar a gran
escala o de las artes marciales individuales, el sentido de atravesar un brazo
de mar es esencial. Debe ser saboreado profundamente.
Conocer el estado de las cosas
En la ciencia militar a gran escala,
conocer el estado de las cosas significa discernir el auge y la decadencia de
los adversarios, distinguiendo las intenciones de las tropas enemigas y
percibiendo su condición, exhibiendo claramente el estado de las cosas,
determinando cómo desplegar vuestras propias tropas y, de este modo, cómo obtener
una victoria certera mediante los principios de la ciencia militar, librando la
batalla con el conocimiento de lo que viene a continuación. En las artes
marciales individuales, vosotros determináis también cuáles son las tradiciones
del adversario, observáis su carácter personal, averiguáis la fuerza y
debilidad de la gente, maniobráis contra las expectativas de los enemigos, os
dais cuenta de los momentos álgidos y bajos del mismo, os aseguráis de los
ritmos que hay entre ellos y hacéis el primer movimiento; esto es esencial.
Si es grande vuestro propio poder de
intuición, el estado de las cosas será visible para vosotros. Una vez que
habéis alcanzado una maestría independiente y completa de las artes marciales,
seréis capaces de adivinar el espíritu de vuestros adversarios y encontrar así
muchas formas de ganar. Esto requiere un trabajo.
Detener un sable
Detener un sable es un movimiento que
se utiliza sólo en las artes marciales. Ante todo, en la ciencia militar a gran
escala, incluso con arcos y armas de fuego, cuando los adversarios os atacan
con todo lo que tienen, después de haber disparado su primera andanada y
mientras están renovando sus proyectiles, es difícil para vosotros lanzar
vuestro ataque si estáis poniendo la flecha en el arco o cargando el arma de
fuego. La idea consiste en atacar rápidamente mientras que el enemigo está
intentando disparar.
El sentido de esta acción es que si
atacáis rápidamente, es difícil usar las flechas contra vosotros, e igualmente
difícil dispararos con un arma de fuego. La idea consiste en que siempre que
los adversarios ataquen con arcos o armas de fuego, inmediatamente sentís su
pauta de comportamiento y obtenéis la victoria bloqueando cualquier táctica que
el atacante utilice.
Del mismo modo, en el contexto de las
artes marciales individuales, si golpeáis al inicio del ataque del sable del
adversario, el combate se convierte en un desorden, en un intercambio
desordenado de golpes, y no llegáis a ningún lado. Cuando un adversario golpea
con su sable, superad su ataque bloqueando hacia abajo con el pie su sable,
para que no pueda intentar un segundo golpe.
El bloqueo no se lleva a cabo sólo con
los pies, tenéis también que aprender a "bloquear" con el cuerpo,
"bloquear" con la mente y, por supuesto, "bloquear" con un
sable, de tal forma que impidáis al adversario llevar a cabo un segundo
movimiento.
Esto significa tomar la iniciativa en
cualquier cosa. No significa golpear al azar al adversario con la idea de
concluir el combate de repente. Significa continuar al instante sin ceder. Esto
debe ser investigado en profundidad.
Conocer la desintegración
La desintegración es algo que le
sucede a todas las cosas. Cuando se desploma un caballo, una persona o un
adversario, se desmoronan del ritmo del tiempo.
En la ciencia militar a gran escala,
también es esencial encontrar el ritmo de los adversarios cuando se desmoronan
y perseguirlos sin dejarles apertura alguna. Si perdéis la oportunidad de los
momentos vulnerables, perderéis la oportunidad del contraataque.
En las artes marciales individuales
también sucede que un adversario pierda el ritmo en el combate y empiece a
desmoronarse. Si dejáis pasar esa oportunidad, el adversario se recuperará y
frustrará vuestro intento. Es esencial reforzar firmemente el ataque en el
momento de cualquier pérdida de posición por parte de un adversario, para
impedirle que se recupere.
La persecución exige poder y también
ser contundentes; todo consiste en golpear de una forma violenta y de tal
manera que un adversario no pueda recuperarse. Esta forma de golpear se debe
analizar cuidadosamente. No hacerlo produce una sensación de negligencia. Esto
es algo que exige trabajo.
Convertirse en el adversario
Convertirse en el adversario significa
que debéis poneros en el lugar del adversario y pensar desde su punto de vista.
Tal como veo las cosas, si un ladrón
se introduce en una casa, es considerado un adversario poderoso. Sin embargo,
desde mi punto de vista, todo el mundo está contra él. Se encuentra arrinconado
en una situación desesperada; el que esta arrinconado es el faisán; quien entra
para combatirle es el halcón. Esto requiere una atenta reflexión.
Igualmente, en la ciencia militar a
gran escala, se considera que los adversarios son poderosos y que hay que tener
cuidado con ellos. Cuando tenéis buenas tropas, conocéis bien los principios de
las artes marciales y sentís la forma de vencer al enemigo, no tenéis que
preocuparos.
En las artes marciales debéis también
poneros en la posición del adversario. Cuando alguien encuentra a un maestro de
esta ciencia, a alguien que comprende las artes marciales y es experto en
ellas, se considera perdido (Musashi se refiere a sus discípulos como si fueran
ya maestros de las artes marciales y les inspira confianza, haciéndoles tomar
conciencia de su ventaja anímica sobre el adversario que se ha percatado de su
maestría). Reflexionad bien sobre esto.
Abandonar las cuatro manos
Abandonar las cuatro manos se presenta
cuando vosotros y el adversario os halláis empatados y no se hace ningún
progreso en la lucha. Significa que cuando pensáis que vais a llegar a un
empate, detenéis esta posibilidad inmediatamente y alcanzáis la victoria
aprovechándoos de un enfoque diferente.
También en la ciencia militar a gran
escala, si hay un empate total y no se hace ningún progreso, se producirá una
pérdida de personas. Es fundamental detener esto inmediatamente y alcanzar la
victoria tomando ventaja de un táctica insospechada por el enemigo.
También en las artes marciales
individuales, si pensáis que estáis llegando a un empate, es fundamental
cambiar inmediatamente vuestro enfoque, averiguar el estado del adversario y
determinar cómo vencer por medio de una táctica muy diferente.
Mover las sombras
Mover las sombras es algo que hacéis
cuando no podéis discernir lo que está pensando el adversario.
En la ciencia militar a gran escala,
cuando no podéis discernir el estado del enemigo, fingís lanzar un ataque
poderoso para ver cómo reacciona. Habiendo visto los métodos del enemigo, es
fácil alcanzar la victoria aprovechándose de diferentes tácticas adaptadas
especialmente a cada caso.
También en las artes marciales
individuales, cuando un adversario está blandiendo su sable detrás de él o a un
costado, y está a punto de golpear repentinamente, éste muestra su intención en
su sable. Una vez que ha mostrado perceptiblemente sus intenciones,
inmediatamente sentís la ventaja y sabéis cómo ganar con certeza. Si no estáis
atentos, perderéis el ritmo. Esto debe ser examinado en profundidad.
Detener las sombras
Detener las sombras es algo que hacéis
cuando son perceptibles las intenciones agresivas de los enemigos hacia
vosotros.
En la ciencia militar a gran escala,
esto significa detener la acción del enemigo en el mismo momento de su impulso
para actuar. Si demostráis poderosamente a los adversarios cómo controláis la
ventaja, cambiarán de intención, inhibidos por esa fuerza. Vosotros también
cambiáis de actitud hacia una mente vacía; a partir de ella tomáis la
iniciativa y alcanzáis la victoria.
Igualmente en las artes marciales
individuales, utilizáis un ritmo de ventaja para detener la firme determinación
de la motivación del adversario; después encontráis la ventaja para ganar en el
momento de la pausa y tomáis la iniciativa. Esto debe tratarse en profundidad.
Contagio
Existe el contagio en todo. Incluso el
sueño puede ser contagiado, lo mismo que el bostezo. Existe el contagio incluso
de una época.
En la ciencia militar a gran escala,
cuando los adversarios están excitados y con toda evidencia tienen prisa por
actuar, os comportáis como si estuvierais somnolientos, dando la apariencia de
estar completamente relajados y tranquilos. Haced esto, y los mismos
adversarios se verán influidos por este estado de ánimo y perderán su
entusiasmo.
Cuando creáis que los adversarios se
han visto contagiados por este estado de ánimo, vaciáis vuestra propia mente y
actuáis rápidamente y firmemente, obteniendo así la ventaja de la victoria.
Igualmente en las artes marciales
individuales, es esencial estar relajado en cuerpo y espíritu, darse cuenta del
momento en que el adversario se relaja y tomar inmediatamente la iniciativa
para ganar.
También existe algo llamado
"embriagar" que es similar al contagio. Un estado de ánimo
embriagante es el aburrimiento. Otro es la inquietud. Otro es la pusilanimidad.
Esto debe ser trabajado en profundidad.
La perturbación
La perturbación sucede en cualquier
clase de cosas. Una de las formas en que sucede es a través del sentimiento de
estar bajo una aguda presión. Otra es a través del sentimiento de una fuerza
irracional. Una tercera forma es a través del sentimiento de sorpresa ante lo
inesperado.
En la ciencia militar a gran escala,
es fundamental producir perturbación. Es esencial atacar resueltamente,
mientras sus mentes están perturbadas, aprovechad esto para tomar la iniciativa
y ganar.
También en las artes marciales
individuales, al principio os mostráis relajados, después arremetéis
repentinamente y con fuerza; cuando el espíritu del adversario se desequilibra,
es esencial que observéis lo que hace, no permitiéndole que se relaje ni un
solo momento, percibiendo la ventaja del instante y discerniendo inmediatamente
en ese instante cómo vencer. Esto debe ser investigado diligentemente.
La amenaza
Existe el temor en todo. Eso significa
ser amilanado por lo inesperado.
Incluso en la ciencia militar a amplia
escala, amenazar a un adversario no es algo que se hace a la vista. Podéis
amenazarle por el sonido, podéis amenazarle haciendo que lo pequeño parezca
grande, y podéis amenazarle realizando un movimiento inesperado de costado.
Éstas son las situaciones en las que se produce el temor. Si podéis captar el
momento del miedo, podéis aprovecharos de él para obtener la victoria.
También en las artes marciales
individuales podéis amenazar por medio de vuestro cuerpo, podéis amenazar por
medio de vuestro sable, y podéis amenazar por medio de vuestra voz. Lo que es
esencial es hacer repentinamente un movimiento totalmente inesperado para el adversario,
aprovecharos de la ventaja del temor causado y alcanzar la victoria en ese
mismo instante y lugar. Esto debe ser trabajado en profundidad.
Engancharse con fuerza
Engancharse con fuerza significa que
cuando estéis luchando a una distancia corta, vosotros y vuestro adversario
ejercéis recíprocamente una gran fuerza una contra el otro, y si veis que el
combate no está yendo bien, entonces os engancháis con fuerza a vuestro
adversario; el punto esencial es aprovecharse de la oportunidad de ganar aunque
estéis luchando codo con codo.
Ya se trate de la ciencia militar a
pequeña o gran escala, cuando vosotros y los adversarios habéis tomado los
costados, estáis frente a frente y no está claro quién vencerá, inmediatamente
os engancháis con fuerza a los adversarios, de modo que no podáis ser
separados, y en ese proceso encontráis la ventaja, determináis cómo vencer y
alcanzáis la victoria fulminantemente; esto es algo que pertenece a la
quintaesencia de la técnica. Esto debe ser estudiado diligentemente.
Atacar los costados
Atacar los costados significa que
cuando ejercéis fuerza contra algo que es fuerte, difícilmente cede de
inmediato y por las buenas.
En la ciencia militar a gran escala,
observad las tropas enemigas, cuando hayan avanzado, atacad el costado de su
frente más fuerte y obtendréis la ventaja.
Una vez que se colapsa ese costado,
todo el mundo se ve envuelto en un sentimiento de colapso. Incluso en el
momento en que se están colapsando, es esencial darse cuenta de cuándo está
listo para avanzar cada costado e intuir cuándo vencerlo.
También en las artes marciales
individuales, cuando inflingís dolor en una parte de su cuerpo cada vez que el
adversario hace un movimiento agresivo, su cuerpo se debilitará paulatinamente
hasta que está listo para desmoronarse y es fácil vencerlo.
Es esencial estudiar esto
cuidadosamente para descubrir por qué parte podéis ganar.
Aturdir
Aturdir a los adversarios significa
actuar de tal forma que le impidáis mantener una mente tranquila.
En la ciencia militar a gran escala
esto significa que adivináis el estado de mente de vuestros enemigos y
utilizáis el poder de vuestro conocimiento del arte de la guerra para manipular
su atención, haciéndoles tener pensamientos confusos sobre lo que vais a hacer.
Esto significa encontrar un ritmo que confunda a los enemigos, discerniendo con
exactitud dónde podéis ganar.
Igualmente, en las artes marciales
individuales podéis intentar diversas maniobras según la oportunidad del
momento, haciendo pensar al adversario que vais a hacer en un momento una cosa,
después otra, y a continuación otra cosa diferente, hasta que veis que el
adversario empieza a estar aturdido y de esta forma vencéis cuando queréis.
Ésta es la esencia de la batalla; esto debe estudiarse cuidadosamente.
Los tres gritos
Los tres gritos se llaman el grito
inicial, el grito medio y el grito final. El punto esencial es lanzarlos de
acuerdo con la situación. Como un grito es poderoso, gritamos en casos de
emergencia, incendios y tempestades; la voz muestra fuerza y poder.
En la ciencia militar a gran escala,
al principios de la batalla el grito debe ser lo más fuerte posible, en medio
de la batalla el grito debe ser de un tono grave y surgir de las profundidades,
mientras que después de la victoria el grito debe ser alto y fuerte. Éstas son
las tres clases de grito.
En las artes marciales individuales se
finge y se grita para hacer mover al adversario, y después golpear tras el
grito. También se grita después de haber abatido a un adversario, con un grito
que señala la victoria. Éstos se llaman los gritos anterior y posterior.
Nunca se grita en el mismo momento en
que se blande el sable. Cuando gritáis en medio de la batalla, utilizáis el
sonido para aumentar el ritmo, gritando en un tono grave.
Mezclarse
En el contexto de un combate a gran
escala, mezclarse significa que cuando dos grupos están frente a frente y
vuestros adversarios son fuertes, atacáis uno de los flancos del adversario,
como para mezclaros con ellos; después, cuando veis que los adversarios se
derrumban, abandonáis el flanco y atacáis de nuevo en su punto fuerte. En
general, la idea consiste en atacar como un viento en zigzag.
Esto es también fundamental en el
contexto de las artes marciales individuales, cuando os enfrentáis solos a un
grupo de adversarios. Cada vez que habéis acabado con uno o le habéis hecho
huir, atacáis a uno que sea fuerte, encontrando el ritmo del adversario,
haciendo un zigzag de izquierda a derecha a un ritmo adecuado y observando la
situación del adversario, para que el ataque sea eficaz.
Cuando habéis encontrado las filas
enemigas y vais a arrojaros sobre ellas, el principio de la ventaja consiste en
alcanzar la victoria con fuerza, sin ninguna reserva. Este estado de espíritu
también se aplica a la situación en la que os estáis acercando a un poderoso
adversario en un combate individual.
El sentido de mezclarse consiste en
sumergirse directamente en medio del adversario sin vacilar en vuestros pasos.
Esto debe ser distinguido con atención.
Aplastar
Aplastar exige un estado interno de
querer aplastar, como cuando se imagina uno que el adversario es débil y así
uno se hace fuerte, para conseguir vencerlo.
En la ciencia militar a gran escala,
esto significa mirar por encima del enemigo cuyo número es pequeño, o incluso
si son muchos, cuando los adversarios están desmoralizados y debilitados,
concentrad vuestra fuerza en aplastarlos y así los neutralizaréis.
Si vuestro aplastamiento es débil,
puede volverse contra nosotros. Tenéis que distinguir atentamente el estado de
espíritu en el que disponéis claramente del control cuando aplastáis.
Igualmente, en el contexto de las
artes marciales individuales, cuando vuestro adversario no tiene la misma
capacidad que vosotros, o cuando su ritmo decrece, o cuando empieza a
retroceder, es esencial no dejarle recuperar su aliento. Neutralizadlo sin tan
siquiera darle el tiempo de parpadear. Lo más importante es no permitirle que
se recupere.
Esto debe ser estudiado muy
cuidadosamente.
El cambio de la montaña y el mar
"La montaña y el mar"
significa que es mala táctica hacer una y otra vez lo mismo. Tal vez tengáis
que repetir algo alguna vez, pero no debe repetirse una tercera vez.
Cuando intentáis alguna táctica sobre
un adversario, si no funciona la primera vez, no obtendréis ningún beneficio
precipitándoos a hacerla de nuevo. Cambiad vuestras tácticas de manera abrupta,
haciendo algo completamente diferente. Si todavía esto no funciona, intentad
alguna otra cosa.
Así pues, la ciencia de las artes
marciales implica la presencia del espíritu para actuar como el mar, cuando el
enemigo es como una montaña, y actuar como una montaña, cuando el enemigo es
como el mar. Esto exige una atenta reflexión.
La desmoralización
Cuando luchéis con un adversario y
estéis ganando gracias a vuestra habilidad en esta ciencia, vuestro adversario
puede todavía hacerse ilusiones y, aunque parece que está vencido, por dentro
todavía se niega a reconocer la victoria. Desmoralizadlo en estos casos.
Esto significa cambiar vuestra actitud
repentinamente para impedir que el enemigo siga manteniendo dichas ilusiones;
así lo principal es ver que los adversarios se sienten derrotados en el fondo
de su corazón.
Podéis desmoralizar a la gente con
armas o con vuestro cuerpo o con vuestro espíritu. No debe ser entendido esto
sólo de una forma.
Cuando vuestros enemigos se han
desmoralizado totalmente, ya no les prestéis atención. Por lo demás, permaneced
atentos. Mientras que los enemigos tengan ambiciones, difícilmente se
desmoronarán.
Tanto en las artes marciales a gran
escala o a pequeña escala, la técnica de la desmoralización debe practicarse en
profundidad.
Renovarse
Cuando estáis combatiendo contra los
enemigos, si tenéis la sensación de estar estancados y de no hacer ningún
progreso, abandonad vuestro estado de ánimo y pensad en vuestro corazón que
estáis empezando algo nuevo. Cuando conseguís el ritmo, ya sabéis cómo ganar.
Esto es "renovarse".
En cualquier ocasión en que sintáis
cómo aumenta la tensión y la fricción entre vosotros y los demás, si cambiáis
vuestro estado de espíritu en ese mismo momento, podéis ganar por la ventaja de
una diferencia radical. Esto es "renovarse".
En la ciencia militar a gran escala es
esencial entender la táctica de renovarse. Es algo que aparece de repente a lo
largo del poder del conocimiento de las artes marciales. Reflexionad bien sobre
esto.
Pequeño y grande
Cuando estáis luchando contra enemigos
y tenéis la sensación de estar estancados en pequeñas maniobras, recordad esta
ley de la ciencia militar: cuando os halláis en medio de cosas insignificantes,
cambiad de repente a una gran perspectiva.
Cambiar a lo grande o a lo pequeño es
una parte deliberada de la ciencia del arte de la guerra. Es esencial para los
guerreros conseguir esto incluso en la conciencia ordinaria de la vida humana.
Esta mentalidad es fundamental para la ciencia militar, ya sea a gran o a
pequeña escala.
Ésta es una preocupación a la que hay
que prestarle una atenta consideración.
El general conoce a sus soldados
"Un general conoce a sus
soldados" es un método practicado siempre en tiempos de conflicto después
de haber alcanzado la maestría a la que uno aspira. Habiendo alcanzado un gran
poder en el conocimiento de las artes de la guerra, pensad en los adversarios
como si fuesen vuestros propios soldados, comprendiendo que debéis de obrar con
ellos según vuestra propia voluntad, e intentad manipularlos libremente.
Vosotros sois el general, y los adversarios las tropas. Esto exige trabajo.
Soltar la empuñadura
"Soltar la empuñadura" tiene
varios significados. Tiene el significado de ganar sin sable, y también tiene
el significado de fallar sin sable. Los diversos significados no pueden
escribirse, pero invitan a una práctica y a un entrenamiento profundos.
Ser como un muro de piedra
"Ser como un muro de piedra"
es cuando un maestro de las artes marciales se hace de repente como un muro,
absolutamente inaccesible a cualquier cosa e inamovible. Esto se transmite
verbalmente.
Epílogo
Lo que está escrito anteriormente
consiste totalmente en cosas que constantemente vienen al espíritu a lo largo
de la práctica del arte de la esgrima de mi escuela. Como estoy escribiendo
ahora estos principios por primera vez, están un poco mezclados en el orden, y
es difícil definirlos con detalle. Sin embargo, pueden servir como líneas
orientativas para las personas que quieran aprender esta ciencia.
Me he concentrado en las artes
marciales desde la juventud, entrenando mis manos y mi cuerpo para la maestría
de la esgrima, y experimentando toda clase de estados de espíritu. Lo que veo
al investigar otras escuelas es que algunas son habladoras pretenciosas y otras
llevan a cabo finas maniobras con sus manos; pero aunque puedan parecer buenas
para la gente, en ellas no hay en absoluto un verdadero corazón.
Por supuesto, podría parecer que la
gente está entrenando el cuerpo y la mente incluso cuando están practicando
dichas técnicas, pero se convierten en enfermos de la vía, de una manera
crónica y difícil de sanar; son el origen de la decadencia de la vía reta de
las artes marciales en el mundo y de su abandono.
Para que el arte de la esgrima sea una
ciencia real, así como para obtener la victoria en la batalla contra los
enemigos, no deben alterarse de manera alguna estos principios. Cuando
alcancéis el poder del conocimiento de mi ciencia militar y la pongáis en
práctica de una forma correcta, no habrá duda alguna de la victoria.
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